Muy #quesejuegue y mucho #quesejuegue

Trabajar los juegos desde el patio del instituto por y para nosotros mismos nos parece ya algo pobre, tras la experiencia que hemos vivido. Un archivo de juegos o una lista de reproducción de vídeos podrían haber sido unos productos finales representativos de este proyecto, pero la motivación para prepararlos no habría sido la misma sin los niños del CEIP Virgen de la Salud y su seño Mª José Serrano.Captura de pantalla 2015-12-22 a las 10.49.44

El objetivo «oculto» en este proyecto era el continuo reajuste, autoevaluación, PARA QUE los niños del cole (y los del instituto) se lo pasaran lo mejor posible y aprendiesen juegos nuevos para sus recreos, tardes y fines de semana. El enganche emocional ha garantizado (en casi todos mis alumnos) un esfuerzo por aprender, preguntarse cosas y cambiar lo que ya parecía estar preparado. Los primeros días, las coevaluaciones en papel que recibía cada grupo de parte de los demás tras poner en práctica su primer juego sentaron mal. Además de señalar los puntos más fuertes de cada juego, debíamos detectar lo mejorable y, por supuesto, proponer mejoras para no quedarnos en la simple queja. La mayoría de grupos no se tomó el tiempo necesario para reflexionar y, sobre todo, para generar propuestas que ayudaran a sus compañeros a mejorar sus juegos. El proyecto iba de COoperar. Diagnóstico: no sabíamos ni auto ni CO evaluarnos (confesaron que nunca antes lo habían hecho: alumnos de Bachillerato). Necesidad que vamos a trabajar durante todo el curso.


Mientras el #quesejuegue echaba a andar en el instituto con recursos de ayuda y expertos ayudantes (mis alumnos han podido aprender de 27 maestros y profesores que brindaron su ayuda para asesorarles con los juegos), yo me encargaba de gestionar el escenario de aprendizaje: una hora, cada semana, durante un mes, cada uno de mis 4 grupos de Bachillerato pondrían en práctica los juegos preparados con niños del cole de al lado. Eso significaba pedir permiso para salir durante 16 clases de Educación Física (4 horas cada grupo), sacar y transportar los materiales y, lo más difícil: cuadrar nuestras sesiones de 1 hora con las del cole, de 45 minutos, que no coincidían en su inicio y final. Actué de «comercial» y «vendedora» ante el director y la jefa de estudios del colegio varias veces, abordé a maestros y maestras por los pasillos y patio del cole y recibí varias negativas y comentarios del tipo «no pueden permitirse PERDER clase» o «es un lío para cuadrar sus tramos horarios tantos días». Finalmente, gracias a Mª José, la seño de Educación Física del cole, que se encargó de cuadrar los horarios, cambiar clases y hablar con sus compañeros, pudimos establecer los días de juego. Me parece interesante contar esta parte para sensibilizar a TODA la comunidad educativa de la importancia del juego y de los proyectos que mezclan a personas diferentes, pero del mismo entorno posibilitando EXPERIENCIAS. Una generación entre 10 y 15 años mayor que otra ha transmitido cultura a otra menor y ambas se han conectado. Mis alumnos me comentan que los niños del cole les paran por las calles del pueblo, les presentan a sus padres y les llaman «profes»… Esto no cabe en el boletín de notas.

El «laboratorio de juegos» previo a los días en el cole ha versado sobre: unas cuantas tomas falsas grabando la explicación de los juegos en vídeo (¡cómo cuesta expresarse hablando!), comprender que un circuito NO es un juego, que las explicaciones se entienden mejor mientras se ejemplifican, que el sentido (o para qué) de los juegos es muy importante para los niños y que las ideas NO caen del cielo 😉 También nos hemos planteado si seguir las costumbres sexistas de la sociedad asignando papeles de princesas y sirenas rosas a las niñas y de piratas y azules a los niños y si la comida es un premio y el azúcar y las chucherías son realmente regalos o perjudican la salud de nuestros pequeños. Han sido estas equivocaciones las que nos han hecho aprender antes y durante estos días.

A mitad de proyecto, nuestra ilusión se vio reforzada con el impulso de unos niños de Madrid y su maestro Tristán: estaban siguiendo el proyecto vía Twitter y nos regalaron un juego PORQUE SÍ. Además, algunos alumnos se sorprendían al comprobar que los ayudantes expertos cuyo contacto les facilité les ayudaban con sus juegos: mil gracias a Antonio Calderón, Marta Arévalo, Pablo Sotoca, Miguel Franco, Vanessa Trillo, David Cañada, Jorge Álvarez . Mis alumnos han tenido varios profesores, todo un lujo para su aprendizaje.

Como podéis imaginar, el mes de juego en el cole se nos quedó muy corto. ¡Qué bien que supimos disfrutar los momentos y ser conscientes del valor de la experiencia! La energía tan chula que ellos nos daban, nosotros la poníamos en la preparación de los siguientes juegos… nos hemos dado cuenta de que REGALANDO SE APRENDE 😉

Y aquí está la recopilación de regalos (juegos) para las comunidades educativas de los colegios de Castro del Río (y para todas las jugonas y jugones que quieran pasarlo bien). Podéis empezar a hacer click por todos lados y descubrir muchos juegos dándole al play. Esperamos que os guste:

Si os apetece leer algunas de las despedidas/resúmenes de este proyecto que sus protagonistas han dejado en sus blogs: Silvia, Emilio y Maite . En la próxima entrada, os contaré cómo pusimos un broche cooperativo a este proyecto de juegos.

#QUESEJUEGUE con ilusión! #QUESEJUEGUE en más centros educativos! Por cierto, atentos a Jorge Álvarez y a Esther Jerez, que van a comenzar este proyecto en sus respectivos centros en el segundo trimestre. ¿Alguien más se anima?

 

 

6 comentarios

  1. Antonio Calderón

    Ya he tenido oportunidad de darte la enhorabuena por este proyecto en numerosas ocasiones Gloria, pero no me canso de hacerlo, pues soy consciente de lo que implica y de los efectos que puede llegar a tener en tus alumnos, y que tiene en ti mismo. Me es inevitable pensar en las numerosas las investigaciones publicadas en «revistas top» desde hace ya más de dos décadas que analizan el efecto de una educación física de calidad sobre un estilo de vida activo en la edad adulta (Trudeau and Shepard, 2005; por ejemplo). En estos estudios longitudinales (con diseño de investigación complejo por la multitud de variables a controlar a lo largo del tiempo) se afirma que: «Most young children have a very positive attitude towards PE. However, as they grow older, their perception of PE as a positive experience seems to become more ambiguous. From the few studies available, it seems likely that quality PE programmes help to maintain initial positive perceptions» y se concluye que: «More research is needed to determine the ability of school PE programmes to influence PA behaviour in adult life and to evaluate strategies that will make
    optimal use of the curricular time allocated to PE». No tengo duda que proyectos como el #quesejuegue cumplen con esa función, y verdaderamente dejan un huella que «puede» condicionar (pues no hay matemática detrás) que los alumnos que lo experimentan opten por este estilo de vida activo, y sepan cómo hacerlo. So, more research is needed behind Gloria’s projects. Fuerte abrazo and happy pedagogy! 😉

    • gloriaherrero

      Gracias, Antonio! Me encantaría poder seguir el nivel de actividad física de mis alumnos de aquí a 10 años… Cada vez tengo más claro que nuestra función como profes de Educación Física es conseguir que les guste ser activos y cuidarse. Pedagogía positiva, activa y «adherente»/con enganche emocional =)))

  2. Antonio Calderón

    Pues claro, me gusta el término de ‘pedagogía positiva y adherente’ y he de decirte que no me lo he cruzado aún por ahí (en el mundillo académico me refiero). Por lo que veo tras una búsqueda rápida mi amigo Harvey lo ha integrado para la enseñanza de deportes de equipo aquí:
    http://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/13573322.2015.1015977?journalCode=cses20

    y Richard Light plantea una serie de descriptores en este post:
    https://www.achper.org.au/blog/blog-positive-pedagogy-for-physical-education

    El #quesejuegue y todos tus proyectos los cumplen con creces. Pero volviendo a tu interés de seguir el nivel de AF de tus alumnos de aquí a 10 años, te diré (aunque no estoy al día de esto), que dos estudios fiables que conozco lo han hecho con entrevistas semi-estructuradas (con bloques de preguntas relacionadas) y con cuestionario cada año, de todos los que se quieren controlar. Este tipo de estudios son poco frecuentes por la dificultad de la recogida de datos año tras año pero necesarios, máxime cuando las intervenciones que tú haces son tan «top-top». Si bien son estudios de 1999 y 2004, hoy en día creo sería más sencillo con Goggle Apps: (1) mantener el contacto con todos tus alumnos a través de redes sociales (ej. comunidad en Google+ u otras); y (2) recoger los datos a través de formularios Google también, y entrevistas en hangouts (que incluso podrían ser grupales). Mundo Google ya ves. Pues claro, me tienes a tu disposición para lo que necesites. En mi opinión, independientemente que tu interés sea publicar esto o no, el protocolo de recogida de información debería ser riguroso y fundamentado, para caso de querer darlo conocer también vía artículo, puedas hacerlo en condiciones, sin tener que recurrir a comentarios del tipo: «hay si yo hubiera recogido los datos así, y no asao…»). Ea, ¡un abrazo!

  3. Antonio Calderón

    Jajajaja, no me extraña…! La investigación tiene su puntillo pero directamente no es necesaria con el rigor que exige, en determinados contextos. Una docente como tú, investiga mucho y bueno, y no tienes porque impregnar tu investigación de protocolos cerrados, registros sistematizados y métodos de recogida de información definidos. Definitivamente no es necesario. Ughs!
    Concuerdo, seguro que se puede afirmar que no basta con la EF escolar, es sólo un granito de arena.

    PD. Perdona la respuesta anterior, tras leerla ahora en frío, veo que asusta un poco… ajajaja… es defecto de forma.